En lo que respecta a Miguel Ángel Fernández (AKA Mike Medianoche), entre medios anda el juego. Con sólo once años, ya era el reportero más dicharachero del cole. No es de extrañar que acabara estudiando Comunicación Audiovisual y convirtiéndose en reportero -de facto- en un programa de la tele local. Pero con todas las horas vividas como espectador sentía la necesidad de compartir su visión catódica con el mundo, como hace en varios blogs de crítica televisiva, como Sufridores en Casa o TVdeGuardia.com.
Criado -televisivamente hablando- en la convulsa época entre Espinete y Yupi, ha vivido más en los 90 que en los 80. Y se ha hartado del monopolio de las ochentadas en esto de la nostalgia. Tanto, que ha decidido dedicarle todo un libro -el primero en su haber-, titulado No me toques los 90 (Roca Editorial) a la loca década del Leti-rap, las Mamachicho y Laura Palmer. Esa época en la que todo parecía valer, en la que Telecinco era “un paraíso de corcho y lentejuelas” y Antena 3 se las daba de intelectual.
Philips TV: La fase de documentación habrá sido larga. ¿Cómo te lo has montado? ¿Has podido acceder a material de archivo para poder revisionar? ¿Tienes una memoria prodigiosa? Poca gente recuerda lo de Elsa Pataky en El Semáforo o el disco pro-suicida de Rody Aragón…
Mike Medianoche: Un poco de todo; tengo mucha memoria, y eso me sirve para investigar cómo era tal programa o cuál disco. A Rody y Fofito, por ejemplo, los vi en directo en aquella época, aunque no sabía yo lo de la canción que invitaba a los niños a tirarse por la ventana; eso lo descubrí leyendo una web sobre los trabajos de la familia Aragón, por ejemplo, y ya encontré artículos de prensa donde se contaba la retirada del disco por la queja de los padres. Y lo de Elsa Pataky, por ejemplo, lo puedes ver fácilmente ilustrado en uno de los programas de ‘Viaje al centro de la tele’, de TVE. En mi caso, además, llevo seis años con un blog nostálgico y friki que me sirve de libreta de apuntes. En casa tengo cienes y cienes de libros y revistas que revisé con ahínco (desde las novelas de ‘Compañeros’ a la guía de capítulos de ‘Médico de familia’), y luego también me recorrí los mejores mercadillos para encontrar joyas como la Interviú donde se contaba la película erótica que hizo Xuxa en la que se enrollaba con un niño.
Philips TV: O sea, que eres teleadicto. ¿Fue eso lo que te condujo hacia la Comunicación?
Mike Medianoche: Siempre me ha gustado contar cosas. De pequeño mi padre me regaló un guiñol y yo escribía mis propios guiones, escribía cuentos, “hacía radio” grabando entrevistas incluso a mi sobrina pequeña, y con once años estaba ya en el periódico del colegio. Aún conservo la libretita de apuntes, que indicaba que ya tenía maneras. De hecho, nunca me planteé estudiar otra cosa no relacionada con la comunicación, aunque luego cuando creces y ves el panorama laboral no sabes si maldecir tu vocación.
Philips TV: Escribes No me toques los 90 como un alegato de defensa de los 90 frente a los 80, al grito de “basta ya de ochentadas”. ¿Cuáles son tus argumentos?
Mike Medianoche: El boom del “ochentismo” empezó hace ya una década, cuando por 2003-2004 se reeditó ‘La bola de Cristal’ en DVD, surgió la llamada removida madrileña o se reivindicaron hits como el Sálvame de Bibiana Fernández en voz de las Nancys Rubias y demás, ergo ahora nos toca mirar diez años hacia adelante. La nostalgia cíclicamente pone sus ojos 20 años atrás y el mejor ejemplo es Grease, peli de los setenta que mira a los 50. Así que esperemos que más pronto que tarde, algún grupo moderno haga un disco de versiones de Jesús Vázquez o Miriam Díaz Aroca, se edite ‘El juego de la oca’ en Blu Ray y el FrigoCobi vuelva a los kioskos.
Philips TV: Defiende a Yupi vs Espinete.
Adoro a Espinete, y tengo el maletín con 50 capítulos firmados por Alfonso Valero, el actor que hizo de Don Pimpón… Y que también fue Astrako en Yupi. Yupi era marca España, un producto creado aquí sin necesidad de pagar royalties a los americanos de ‘Sesame Street’ y que sirvió de plataforma a futuras estrellas como Lara de Miguel, más tarde en ‘Compañeros’, o incluso ‘Penélope Cruz’, que hizo un papelito interpretando a La Bella Durmiente en un episodio de finales de 1990. ¿No es un buen argumento que una de las actrices españolas más premiadas a nivel internacional de los últimos años empezase ahí?
Philips TV: Recordando la televisión infantil de los 90 -Teresa Rabal con gorra y chapitas o el Leti-rap- da la sensación de que los niños de esta generación crecerían con menos espíritu crítico que los que se criaron aprendiendo sobre marxismo y capitalismo.
Mike Medianoche: Cuando eres niño hay cosas que ves y que no cuestionas, lo ves natural. Seguro que los actuales treintañeros de la derecha más tradicional también se lo pasaron pipa gritando “viva el mal” a la par que lo vociferaba la Bruja Avería en ‘La bola de Cristal’. Igual que antaño veíamos molona a Teresa Rabal con vaqueros y gorritas y ahora dices “anda, que esa señora con semejante disfraz de mujer enrollada…”. A mí ‘La bola’ me pilló lo justo (soy de 1984) y recuerdo los electroduendes, ‘Los Monsters’ o a Gurruchaga, pero lo de ese trasfondo marxista de Lolo Rico lo mastiqué de mayor, cuando me compré los DVD.
“En Telecinco había dos Lauras que lo partían, una era la Palmer y otra la Valenzuela. ‘Twin Peaks’ y ‘Goles son amores’ eran las dos caras de la moneda que jugaba la cadena”.
Philips TV: En la década de los 90 vivimos varios hitos televisivos. Sin duda el más relevante sería la llegada de las cadenas privadas. ¿Cómo viviste tú ese momento, como espectador y teleadicto?
Mike Medianoche: Pues con mucho drama, porque mi edificio no adaptó la antena y tardamos mucho tiempo en ver las privadas. Recuerdo que el día que arreglaron el desaguisado lo primero que vi haciendo zapping fue un capítulo de ‘Oliver y Benji’. Yo solo podía ver el ‘Pressing Catch’ o ‘Farmacia de guardia’ o cuando me iba a casa de algún tío de visita. Y no digamos ya el Canal Plus, que teníamos a una vecina frita porque le pedíamos que nos grabase todo.
Philips TV: En tu libro hablas del entretenimiento cabaretesco de Telecinco frente a una Antena 3 más cultureta en sus inicios. ¿Crees que con ellas nacieron dos Españas, en lo que a espectadores se refiere (dos perfiles de audiencia)?
Mike Medianoche: Pues casi te diría que reflexionando he visto que Telecinco, la dirigiese quien la dirigiera, siempre ha tenido un perfil fijo. O todo eran tetas como en los noventa al principio, o era la cadena de las series españolas como a mediados (‘Médico de familia’, ‘Periodistas’, ‘Hermanas’, ‘Todos los hombres sois iguales’, etc.) o todo es corazón y realities, como en la actualidad. Pero Antena 3 jamás hemos podido catalogarla, porque ha ido dando tumbos, y nunca ha sido “la cadena de las películas” ni “la de los concursos”, ni nada fijo. Su parrilla siempre se ha ido modificando según se considerase.
Philips TV: ¿Cómo se explica una parrilla en la que convivieran ‘Twin Peaks’ y ‘Goles son amores’?
Mike Medianoche: En Telecinco había dos Lauras que lo partían, una era la Palmer y otra la Valenzuela. ‘Twin Peaks’ y ‘Goles son amores’ eran las dos caras de la moneda que jugaba la cadena, por un lado las mozas de buen ver del programa de fútbol de Manolo Escobar, que casi eran las primas de las Mamachicho o las Cacao Maravillao, y por otro las series foráneas que tan bien le funcionaron, desde esta con el asesinato de la pobre Laura hasta ‘Sensación de vivir’, ‘Melrose Place’ y demás. Y como complementario, aquellos ciclos iniciales de ‘Cine 5 estrellas’ donde en vez de taquillazos se programaban películas dirigidas por Mariano Ozores.
Philips TV: O sea, que no había criterio
Mike Medianoche: El criterio es subjetivo, pero había una línea editorial, al menos, la de hacer que el espectador se lo pasase teta. En Antena 3 con programas como ‘Aula 3’ con un señor mirando a cámara a las siete de la mañana hablando a niños de física cuántica, o con Encarna Sánchez como conductora entretenimiento como tal no era lo que se buscaba; quizá si cultura o calidad, pero divertir no.
Philips TV: ¿Cómo definirías esa gran obra de Lazarov?
Mike Medianoche: La Telecinco de sus orígenes estaba hecha para entretener, para espectadores que querían reírse y desconectar. Cierto es que había mucho machismo, pero te evadías, te trasladaban a paraísos de corcho y lentejuelas muy divertidos, y te traían a actuar a estrellas internacionales al ‘Telecupón’ si hacía falta. Ahora solo van a ‘El hormiguero’ y gracias.
Philips TV: Uno de los aspectos en los que más profundizas es en el de la vedetización o el papel de la mujer como simple attrezzo. ¿Hemos evolucionado en este aspecto, realmente? Porque el físico de la mujer se sigue explotando en televisión mucho más que su talento.
Mike Medianoche: Hemos dado algún pasito, por suerte. Recordemos, por ejemplo, que se hizo un concurso en ‘Tutti Frutti’ para cenar con tu Mamachicho favorita, con la mujer como premio. Acojonante. O chicas sin talento que eran muy atractivas pero incapaces de articular dos palabras seguidas, y a las que no les faltó el trabajo. Creo que a la mujer le queda mucho por luchar en la televisión en muchas esferas, desde el papel de la presentadora (¿cuántas presentadores asumen el rol de tontita, o en el mejor caso de ingenua?) como a la actriz de la serie de turno. Si entrevistas a cualquier actriz te dirá qué injusto es el reparto de los buenos papeles que se escriben para hombres y de los que se escriben para las mujeres, que en la mayoría de los casos son la novia de, la amiga de, la hermana de. Con excepciones, claro, pero por desgracia son eso, excepciones. En ‘No me toques los 90’ recojo cómo por ejemplo la primera presentadora de ‘Club Disney’, Susana Espelleta, dejó el programa porque no aguantaba el rol de “pija reprimida” que por guión tenía que tratar a los niños “como lerdos”.
Philips TV: Además del zapping y la telebasura, ¿qué inventaron televisivamente hablando los 90?
Mike Medianoche: La competitividad tan chunga que existe a día de hoy, en la que en lugar de crear una industria fuerte y de calidad se prima el joder a la competencia sobre todas las cosas. En aquella época ya había un tráfico de profesionales muy duro, que un día eran estrellas en Telecinco y al día siguiente en Antena 3, fichajes hechos solo para que la otra cadena no lo tenga en su nómina. También se inventó la contraprogramación, que ya por ley está más vigilada aunque se siga saltando a veces. Y se creó unas ganas de hacer grandes formatos que ya por desgracia son inimaginables, como el ‘Qué apostamos’, que se hacía en directo e invitaba a la gente a ir al estudio para superar una prueba grupal, o aquellas pruebas de ‘El juego de la oca’ que intentaban reunir a miles de personas bailando sevillanas. Y también se inventó el docu-reality, con una pionera Lola Flores contando su vida en primera persona en ‘El coraje de vivir’ mucho antes que ‘Alaska y Mario’.
“Todo degenera con el tiempo, y sobre todo, con el éxito”.
Philips TV: ¿Fue ‘Crónicas Marcianas’ el caldo de cultivo del gusto por una forma de hacer televisión más, digamos, polémica?
Mike Medianoche: ‘Crónicas’ si te fijas fue una versión amable, al menos en su origen, de otros programas como el ‘Esta noche cruzamos el Mississippi’ de Pepe Navarro, donde ya se alimentaba con carnaza casos de interés como el juicio del caso Alcasser. Y las polémicas que generaba La Veneno, enfrentándose a un radical religioso si hacía falta, no lo tenía el ‘Crónicas’ de Sardá.
Philips TV: Pero ‘Crónicas…’ degeneró con el tiempo…
Mike Medianoche: Todo degenera con el tiempo, y sobre todo, con el éxito. ¿Te acuerdas, por ejemplo, cuando ‘El Hormiguero’ acababa a una hora decente y le decía a los niños “vete a dormir”? Pero no quiero desviarme, y menos en público. A lo que iba, que ‘Crónicas’ degeneró, o cambió sobre todo a raíz de ‘Gran Hermano’, y los invitados de antes como Montserrat Caballé dejaron su lugar a otros como María José Galera. Pero fijo que la sevillana daba más audiencia que la diva, y lo importante es el share y que los anunciantes se dejen las perras por salir en tus cortes. Y lo mismo sucedió con los colaboradores, en la silla donde empezó Galindo acabó Sonia Arenas.
Philips TV: ¿Qué subgéneros han desaparecido y cuáles podemos ver ahora, mutados en otros espacios?
Mike Medianoche: Ahora podemos ver mutados la esencia de los primeros programas de corazón, como ‘Tómbola’ o ‘Qué me dices’. Los programas de ‘Un príncipe para’ no son más que una revisión de otros como ‘Contacto con tacto’ de Bertín Osborne o ‘Vivan los novios’ de Andoni Ferreño. Y ‘Tu cara me suena’ es una vuelta de tuerca al maravilloso ‘Lluvia de estrellas’. Y ahora que se llevan tanto los programas de cocina, ya hubo pioneros como ‘Entre platos anda el juego’ o ‘Tomates y pimientos’, con Mayra. Pero otros se perdieron por el camino, como esas galas para dar la bienvenida a las estaciones o a la vuelta al cole, o la gala del día de la Hispanidad. O las galas de Misses, que murieron como el propio certamen de Miss España en sí. Tampoco hay programas infantiles donde los niños puedan hacer pruebas para ganar regalos (algo queda en ‘Boing’, pero no es igual) ni los musicales, desde ‘RockOPop’ al ‘Séptimo de caballería’ de Miguel Bosé, que es un formato que creo que podría volver a televisión y tener éxito. Música en directo y entrevistas a artistas de actualidad, que te cuenten cosas de ellos pero lejos de la casa de Bertín o del rincón de Risto.
“A la televisión actual le falta un hueco para los niños”
Philips TV: ¿Cuál dirías que es la principal diferencia entre la tele de entonces y la de ahora?
Mike Medianoche: Que ahora hay menos ganas de arriesgar. Casi todo lo que vemos en televisión tiene un gusto a déjà vu, de que ese formato ya lo has visto antes con otro traje. Todos los realities tróspidos son similares, los programas de corazón igual y a veces un mismo formato se quema de estirarlo tantísimo, como ‘Tu cara me suena’. ‘El chiringuito de Pepe’ existe por el éxito de ‘Pesadilla en la cocina’, y la dignísima ‘Vis a vis’ es obra “de los productores que vieron ‘Orange is the new black’”:
Philips TV: Elige tus propios hitos. Un top 5 de la década.
Mike Medianoche:
- ‘Farmacia de guardia’. Una sitcom en estado puro, y que además fue modernísima para su tiempo, con una familia estructurada pero no tradicional, con padres separados, abuelos ligones y temática social como la violencia de género, el sida, la inmigración o la transexualidad y la homosexualidad en sus tramas secundarias.
- ‘¿Qué apostamos?’ Entretenimiento blanco, afán de superación y Ana Obregón duchándose a las tantas de la madrugada. ¿Quién da más? ¡Comisióoon!
- ‘El gran juego de la oca’. Un concurso donde ansiabas que el concursante lo pasase canutas en casillas como la del Flequi, para que rapase a los chicos y dejase a las mujeres peinadas “a lo garçon”. Aunque si a día de hoy te pones un programa echarás de menos un poco más de ritmo.
- ‘Cifras y letras’. Programa cultural amable y fresco y deudor del éxito que ‘Saber y ganar’ tiene en esa misma cadena y franja. Elisenda Roca ¡te queremos!
- Cualquier especial de ‘Martes y Trece’ de Nochevieja. Los 31 de diciembre no son lo mismo sin ellos. Y mención especial en materia de humor para ‘Genio y figura’ con Chiquito de la Calzada, que llegó a tener sus propias patatas fritas.
Philips TV: ¿Qué programas resucitarías?
Mike Medianoche: En Telecinco podría funcionar bien un ‘Furor’ a base de tronistas, grandes hermanos y exnovias de Paquirrín. Y ‘Lluvia de estrellas’ podría ocupar el hueco de ‘Tu cara me suena’, por ejemplo. Y como amante del ‘Un, dos, tres’ diría que este también, adaptando su ritmo y forma de humor a la actualidad, con una Llum Barrera o alguna actriz con ese carisma cómico de tacañona, y con Paula Vázquez de presentadora.
Philips TV: Radiografía de la televisión actual. Qué le falta y qué le sobra.
Mike Medianoche: Le falta un hueco para los niños, que solo pueden poner canales temáticos y tragarse horas de series pero sin que nadie les diga “hola chicos”. Le falta medir los tiempos, no es agradable tragarte un programa con una hora del tirón y luego dos cortes de siete minutos casi seguidos. Le sobra duración a las temporadas, y dejar descansar adecuadamente una serie o programa. Llevamos años y años en los que se emiten hasta siete versiones de ‘Sálvame’ a la semana, sin que haya un mes en el que no se emita. Y luego se maltrata a otras producciones que se graban segundas o terceras temporadas que se guardan en el cajón porque sí (‘ByB’, ‘Tierra de lobos’…). Y le falta espectáculo y ganas de sorprender, porque como antes dije, parece que siempre se nos ofrece lo mismo.
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