Un gran clásico de la televisión son las series de instituto. Es increíble el fabuloso número de ficciones que nos muestran las vidas de los adolescentes que crecen, de niños a adultos, pasando por una etapa en la que las emociones vuelan como en una montaña rusa. Eso sí, los institutos que salen en las ficciones de la tele tal vez no se parezcan demasiado a los que nosotros hemos conocido. ¿Hacemos un repaso por las cosas más peculiares?
1. El guaperas y el freak son los mejores amigos
En las series de instituto, las tramas obligan a que haya una gran variedad de personajes, cuanto más contrastados mejor. Por eso, no es nada difícil ver pandillas de amigos en las que los personajes no casarían en la vida real ni con cola. El capitán del equipo de fútbol, el empollón, la gótica, la rebelde… pueden perfectamente formar una unidad que actúe y respire por un mismo poro. Esto es precisamente lo que veíamos en ‘Salvados por la campana‘, en la que el rubiales Zack Morris era íntimo amigo de Screech, uno de los freaks más adorados de la televisión.
2. El guapo se enamora de la empollona
Siguiendo con los clásicos populares, no podemos pasar por alto una de las tramas favoritas de las series de instituto: ahí tenemos al guapo oficial del centro que cae rendido a los pies de la chica más estudiosa de la clase. Esto es lo que sucedía en una ficción como ‘Sensación de vivir’, cuando Jason, después de pasar por los brazos de las guapas más populares, descubría que su amor por esa amiga que siempre había estado a su lado, Andrea, era más fuerte que cualquier otra cosa.
3. Hermanos y rivales
Y aquí vamos con otra de esas premisas que hemos visto cientos de veces. En series como ‘Popular’ o ‘Las gemelas de Sweet Valley‘ se jugaba al máximo la baza de los hermanos enfrentados. Caracteres muy distintos que chocan sin parar, aunque, eso sí, la sangre nunca llega al río porque, al final, el cariño entre ellos, siempre es más fuerte que cualquier disputa, a pesar de que por medio esté ser la delegada de clase o el chico más guapo del instituto.
4. El baile del instituto es el terremoto emocional
Estamos acostumbrados a ver series americanas y, por eso, no nos resultan nada raros los acontecimientos que en ellas pasan. Pero, reconozcámoslo, nunca hemos ido al baile del instituto, nunca hemos pasado unos nervios de muerte por ver quién sería nuestra pareja en tal especial acontecimiento, nunca hemos alquilado una limusina, ni comprado el traje de fiesta más voluminoso que se pudiese imaginar. Y, claro está, nunca hemos vivido el torrente de emociones que los capítulos del baile del instituto, siempre tan socorrido, provoca en los personajes. Si sois de los que disfrutáis de la utilidad Social TV en vuestro televisor Philips, seguro que no podéis dejar de comentar este aspecto en redes sociales mientras estáis viendo el capítulo en cuestión de vuestra serie favorita.
5. Puedes tener tantas novias como chicas haya en el instituto
Los romances adolescentes ocupan el 99% de muchas de las series de instituto. En ellos, claro está, se produce un constante baile de parejas que hace que, en ocasiones, todos los personajes acaben desarrollando entre ellos un interés amoroso en mayor o menor medida. O si no, que se lo cuenten a Íñigo, el personaje que Mariano Alameda interpretaba en ‘Al salir de clase‘, que tenía historias de amor con muchas de sus compañeras de pupitre: Lucía, Carlota, María, Paloma, Miriam… ¿Quién da más?
6. El director es el enemigo público número uno
Puede haber directores de instituto peores o mejores, pero pocos tan desquiciados como hemos visto en algunas series de televisión. La verdad es que resulta muy tentador que esta figura de autoridad se alce como archienemigo de los protagonistas, pero la obsesión que han mostrado algunos de ellos con sus estudiantes no era sino una divertida parodia, con poco o ningún parecido con la realidad. Algunos de los más recordados, por lo rocambolescas de sus ideas, son el Director Richard Belding de ‘Salvados por la campana’ o Miss Muso de ‘Parker Lewis nunca pierde‘.
7. Un deporte de instituto es el delirio local
Está muy bien que se fomente la práctica de deporte y que las familias apoyen a sus hijos cuando quieren entrar en un equipo del instituto, pero la adoración que veíamos en ‘Friday Night Lights‘ escapa a toda descripción posible. Los chicos de los Panthers, el equipo de fútbol, eran auténticos ídolos locales en Dillon, el ficticio pueblo en el que se desarrollaba la serie. Todo giraba a su alrededor, todo la población se movilizaba en cada uno de los encuentros, que se convertían en partidos para la épica.
8. Un asesino anda suelto
En las tramas juveniles y de instituto tienen cabida todo tipo de asuntos, incluso elementos thriller y poco «agradables» como puede ser la presencia de un auténtico criminal en las aulas. En la serie de La Sexta, ‘SMS‘, la muerte de uno de los alumnos lanzaba la ficción hacia cotas bien distintas de las que vemos en las series de instituto. Sin salir de nuestro país, la longeva ‘Al salir de clase’ incorporó muchas tramas de suspense, en las que los personajes se veían envueltos en asuntos más que turbios.
9. Alguien te chantajea
Y siguiendo con la línea anterior, tenemos el chantaje, entendido en su forma más pura. La verdad es que hemos visto tantas historias de instituto en la ficción que no nos extraña que las series se reconviertan para ofrecer nuevas tramas. Así, ya puedes ser tan estilosa y elegante como las chicas de ‘Pretty Little Liars‘, si tienes secretos inconfesables con tus amigas, alguien que los conoce muy bien puede hacerte la vida imposible.
10. Definitivamente, tu compañero de pupitre no parece humano
Todo el mundo tiene derecho a la educación, por más que te llames ‘Kyle XY‘ y hayas aparecido en medio del bosque, desnudo… y sin ombligo. Vale, sí, al principio parece que ni sabes hablar pero, luego, eres incluso bastante más inteligente que la media… También vale para los chicos de ‘Teen Wolf‘, el hecho de ser un hombre lobo, no debe de estar reñido con aprender cuáles son las capitales de los países de Asia. ¿Seres de laboratorio y criaturas de la noche? Creo que no, esto no pasaba en mi instituto.
11. Tienes que repetir, o serás expulsado de la serie
Una de las circunstancias más curiosas de las series de instituto está en su misma naturaleza. Los chicos estudian durante cuatro años, después han de seguir su camino hacia el mundo laboral o a la universidad. Pero si la serie tiene mucho éxito, si se prolonga más allá de las cuatro temporadas, ¿quién es capaz de despedir a tan carismático personaje? En las series, hemos visto todo tipo de estratagemas para lograr que un protagonista no se marchara: desde que el alumno más increíble tenga que repetir por equis motivo, a que se quede en el instituto como el ayudante de un profesor.
12. Hay un blog que te trae de cabeza
Chismes y cotilleos… eso no sólo está a la orden del día en todos los institutos, sino en cualquier comunidad en la que haya más de una persona. Pero hacer de la rumorología uno de los personajes más importantes, es bastante distinto. En ‘Gossip Girl‘, además de ver los soberbios outfits de los protagonistas, teníamos un misterioso blog que desvelaba las intimidades más secretas de los personajes. ¿Cómo era capaz de enterarse de todo ello? En realidad, esto parecía lo menos importante.
13. ¿Actividad extraescolar? Ser el mejor cantante del mundo
Nos gustan las series que se salen del esquema clásico y nos ofrecen un plus de originalidad. Si éste tiene que ver con el mundo del espectáculo, el éxito parece asegurado. En ‘Glee‘, las clases pasaban a segundo término en pos del flamante club New Directions, en el que alumnos de toda índole formaban uno de los conjuntos vocales más variopintos que se puedan recordar. En realidad, algo de esto sí pasaba en los institutos de la vida real, pues el creador de la serie, Ryan Murphy, siempre ha comentado que se basó en su propia experiencia para crear la serie.
14. Te conviertes en detective privado
Si hablamos de series de instituto y personajes adolescentes, ¿cómo no nombrarla a ella, una de las diosas de la ficción? Estamos hablando de Kristen Bell y su estupendo personaje en la inolvidable ‘Veronica Mars‘, en la que interpretaba a una estudiante que ayudaba a su padre a resolver misterios de todo tipo, sin olvidar el asunto que le llevaba a comenzar con esta profesión: la muerte de su mejor amiga. Para los espectadores era una delicia ver a esta estudiante que debía combinar con gracia y audacia sus clases, con su nuevo y especial trabajo.
15. No estudias, eres un artista
«Queréis la fama, pero la fama cuesta». Esta frase se ha quedado grabada a fuego en muchas de nuestras mentes de espectadores seriéfilos. Nos gustan los institutos de todo tipo pero, si además de aprender matemáticas y lengua, los alumnos desarrollan un talento artístico, la cosa resulta mucho más atractiva. En ‘Fama‘, veíamos el día a día de los alumnos de la Escuela de Arte de Nueva York. En España, hemos tenido nuestras propias instituciones para crear a futuros músicos y bailarines: ‘Un paso adelante‘ o ‘HKM’ son sólo algunos ejemplos.
16. Los profesores y los alumnos viven romances sin parar
No se trata de asegurar que esto no haya pasado nunca en la vida real, pero lo cierto es que este clásico entre las tramas de instituto es uno de los recursos favoritos de los guionistas. Así, los romances prohibidos que antes se producían entre personajes de diferentes clases sociales, buscan ahora nuevos caminos, y las relaciones entre la figura de autoridad y su pupilo pueden ser un buen nicho. En ‘Dawson crece’, por ejemplo, todos recordamos la historia entre Pacey y Tamara, tortuosa e intensa.
17. Un grupo de nazis usa el instituto para sus experimentos
Puede que, de todos los tips que hemos formulado, éste sea el más peculiar, el que nunca hemos visto en la vida real, en ningún instituto, por más que el equipo docente fuera extraño. ‘El internado‘ se caracterizó por ser una serie de misterio que rompió todos los moldes: personajes con poderes extrasensoriales, experimentos ocultos en el antiguo orfanato y, la guinda del pastel, un grupo heredero del movimiento nazi de la Segunda Guerra Mundial que desarrollaba las actividades más perturbadoras.