El 9 de mayo de 1986 se estrenaba la película Cortocircuito. Ya hace años… y aunque no lo creáis, en aquella época, ya había Internet, lento pero lo había. También teléfonos móviles, enormes como los de ahora. Los coches seguían sin volar y las madres te obligaban a ponerte la rebequita si refrescaba.
Y también había robots, no de los que te hacen la bechamel de las croquetas, sino de los que te hablan y discuten contigo y te dicen que lo estás haciendo mal. Como un cuñado pero al que puedes apagar si se pone muy pesado.
Pero vamos al lío. Cortocircuito es una comedia de ciencia ficción dirigida por John Badham, el mismo que dirigió Fiebre del Sábado Noche y Juegos de Guerra. Steve Gutttenberg, Ally Sheedy son los protagonistas del film, aunque la verdadera estrella es Número 5, un robot experimental que tras un recibir una descarga eléctrica sufre una gran transformación.
Johnny 5, nombre que toma el propio Robot, toma consciencia de su inteligencia y se escapa del laboratorio. Para evitar que le reprogramen y con la ayuda de Stephanie (Ally Sheedy), su objetivo es convencer a su creador de que realmente está vivo. Como Pinocho, pero sin Pepito Grillo. Johnny 5 se creó originalmente para fines militares, pero el rayo le dota de conciencia, emociones y es completamente autónomo. Con lo malo que es ser autónomo y el robot no quiere que le cambien el chip.
El robot, creado por el diseñador industrial Syd Mead, fue uno de las partidas más caras de toda la película, ya que hubo que hacer diferentes versiones y se estima que se gastó casi 2 millones de dólares para los diferentes modelos.
No tiene el glamour de R2D2 o C3PO, y tampoco es tan famoso como Wall-E. Le faltan los músculos de Terminator, aunque entre nosotros, no era un robot, sino un señor que hacía de androide. Robocop no estaba mal, pero Johnny es mucho más simpático y además tiene rayo láser y es el más ochentero de todos, aunque esto no estamos seguros si es bueno o malo.
Por eso y por muchas cosas más, queríamos recordar al protagonista de Cortocircuito. Además tuvo su segunda parte en 1988. Si aún no la has visto, o te apetece recordarla, merece la pena echarle un vistazo. Ha envejecido algo, pero no está oxidado del todo.