Lo habéis escuchado hasta la saciedad: vivimos la edad dorada de la televisión y el encumbramiento de las series. Decenas de buenísimas producciones que aparecen cada año, rescatando a estrellas del cine, poniendo a su servicio a los mejores guionistas, esforzándose por aportar algo nuevo a un mercado saturado de ideas. Lo difícil es ser original. Y esta es su mejor baza: conseguir aportar algo nuevo. Sorprender con una historia fresca y un tema que no esté demasiado sobado. Y acertar, claro.
Por eso, si hay clichés y son reconocibles, sabemos que o bien no ha conseguido hacer las cosas bien o bien pertenece a otra época; esa en la que se repetía una misma fórmula de éxito y vivían encorsetados en unos parámetros. Hoy hasta los freaks nos hacen reír. Y hay muchas formas de hacer comedia, como las que ‘Frasier’ o ‘Cheers’ empezaron a mostrar, para comenzar el principio del cambio. Pero durante la década de los 80 especialmente y principios de los 90, la comedia familiar al uso sólo respondía a una: por sus tópicos la reconocerás.
La cabecera
Primera pista. ¿Se trata de una recopilación de imágenes graciosas/tiernas/entrañables en las que en el momento de aparecer el rótulo (grandes y amarillos, preferentemente) el actor o la actriz en cuestión mira a cámara sonriente mientras menea la cabeza? ¿Con una canción que habla de que todo va a ir bien mientras seamos una familia y nos tengamos los unos a los otros? No hay duda, es una serie de los 80 y el vídeo de más arriba («Gírate y sonríe») lo resume muy bien, haciendo gala de una fina ironía.
En los 90 encontramos ejemplos algo más creativos (el rap de Will Smith, por ejemplo) y algunas empezaban a experimentar con el minimalismo (‘Frasier’). Técnicamente, se vivía una revolución en el grafismo y se hacía ostentación de ello, como muestra esta intro de ‘Cosas de hermanas’. Pero el cambio aún no era tan notable y tardarían en llegar esos openings considerados casi obras de arte, de las series actuales. Aunque de todo esto ya hablamos largo y tendido cuando repasamos la evolución de las cabeceras, desde los 80 hasta nuestros días.
La estética
Elemental, querido Watson. Dime cómo lucen y te diré de qué década es la serie. Si hay cardados, hombreras, y jerseys de formas geométricas, estamos en los 80 (o la serie está ambientada en esa época y tiene un magnífico equipo de arte). Chaquetas, para ellos y ellas. Vaqueros altos y lavados a la piedra. Una estética, en general, basada el «más es más». Un reflejo, claro, de su propia época. Pero si hay algo que llama la atención es ese abuso del jersey. Familias enteras envueltas en lana de colores, como si siempre fuera invierno y siempre tres tallas más grande.
Aunque nadie como los Cosby para representar esa tendencia. No os perdáis la recopilación que ha hecho una ilustradora en su blog, The Cosby Sweater Project. En los 90 se impuso la estética rapper entre los muchachos; en algunos casos, de colores perjudiciales para la vista, como todo el vestuario de Will Smith en ‘El príncipe de Bel-Air’. Ellas se convirtieron en las primeras it-girls, enseñándonos a combinar blazer, vaqueros y tacones y a rentabilizar el traje de nochevieja para cualquier cita. Y pusieron de moda el pelo planchado vs la laca (un clásico, la melena de Rachel en ‘Friends’).
La familia es lo primero
¿Cuántas series de la época giraban en torno a la vida de una típica (o no) familia americana? La sitcom familiar es la reina de la década. Además de los Huxtable, muchas familias (ya fueran parejas, padres viudos o madres divorciadas, con su prole) se han hecho famosas por series como ‘Los problemas crecen’, ‘Blossom’, ‘Enredos de familia’, ‘Kate & Allie’ , ‘Matrimonio con hijos’ o ‘Padres Forzosos’, entre otras. El concepto de familia se abrió a otras posibilidades, como a grupo de parroquianos (‘Cheers’), o, ya en los 90, a grupo de amigos (‘Friends’ sólo fue la primera).
Todas ellas repiten tramas y situaciones: la paternidad y los conflictos que surgen en cada etapa, la transmisión de valores familiares, el choque generacional… pero en clave de humor (blanco) y cada una con sus recursos, más o menos ingeniosos. El concepto ha ido evolucionando. Hoy tenemos revisiones del modelo en los que se busca romper con ese tópico. ‘Mom’ o ‘Modern Family’ se enfrentan a las mismas situaciones con un humor mucho más ácido y una mirada más abierta, mientras que otras familias disfuncionales –‘It’s always sunny in Philadelphia’– echan por tierra la idea de sictom familiar al uso. Además, éstas son las menos: parodias de policías, freaks con vida social, amigos alcohólicos… La comedia se ha democratizado.
Las humildes moradas
Hablamos de las típicas casas de barrio residencial; de estilo victoriano (como la que ilustra más arriba). Siempre con dos plantas más sótano (para sala de juegos o salón semi-privado del adolescente) e incluso ático (para el Tío Jessi). Suelen tener jardín, para las barbacoas, garaje (lleno de trastos) y patio trasero para echar unas canastas padre-hijo (nunca madre-hija). Los Estudios Universal son famosos, precisamente por introducir este estilo, empezando por la casa de ‘Los Monster’ que fue tuneada para ser terrorífica. Y que, cosas de la vida, es el mismo set (renovado) que se utilizó en ‘Mujeres desesperadas’ para albergar la casa de los horrores (guiño).
Así viven las familias americanas, o eso han hecho creer las sitcoms made in USA al resto del mundo. Y en sus enormes cocinas, epicentros de la vida doméstica, se desarrollaba el 80% de las escenas en las series que nos ocupan. Empezando por el momento de servir los pantagruélicos desayunos que nadie se comía. La cocina sigue siendo fundamental para vender la idea de familia unida. En los 80, también servía para esconder alienígenas. Sin embargo, ahora es más común en la sitcoms los apartamentos como sets.
Los dramones
Por mucho que fueran comedias, gustaban de aderezarlas con un pequeño drama de fondo, quizás buscando la empatía del espectador. Sólo hay que repasar algunas de las más populares de la época: Joey y Jessi se convierten en ‘Padres forzosos’ cuando Danny Tanner se queda viudo. En ‘Cosas de casa’ Rachel se muda con la familia porque también pierde a su marido. La madre de ‘Blossom’ elige su carrera artística antes que su maternidad, mientras el padre se queda lidiando con los problemas de sus hijos. Rose era la más divertida de las ‘Chicas de oro’, pero constantemente nos deprimía hablándonos de su marido muerto, Charlie.
Hasta el chuleta de Will Smith arrastra su propia historia de abandono. Por no mencionar el triste origen de Punky Brewster, hasta que George la encontró. Ahora la comedia no deja mucho lugar al drama. Pueden emocionarnos puntualmente, pero no suelen ahondar en tanta tristeza. Para eso está la dramedia (‘Orange is the new black’, ‘Girls’); Entenderán que el espectador de sitcom sólo busca risas y no necesita historias lacrimógenas para conectar con los protagonistas.
La tecnología obsoleta
La misma cocina era la base de telecomunicaciones. Sin Internet, ni en ordenadores ni por supuesto en teléfonos móviles que en los 80 aún ni existían, toda posibilidad comunicativa pasaba por el teléfono fijo. Ese aparato, normalmente en la cocina, con réplica en el salón, que tenía un cable con el que se podía rodear el Planeta Tierra. Dos veces. Así, aunque fuera un terminal público, podían irse al otro extremo de la casa para buscar intimidad.
En los 90 los teléfonos móviles empezaron a dejarse ver. Móviles, por decir algo (como el de Zack Morris en ‘Salvados por la campana’). Con la cualidad de ser movidos, pero poco manejables. Y, por supuesto, los ordenadores, pero aún en pañales. Eso facilitaba que hablaran más entre ellos, en lugar de tener la cabeza metida en Facebook. Del mismo modo que las redes sociales dan juego en las nuevas comedias. Porque siempre se trata de retratar una realidad social y un contexto histórico y temporal, aunque se ficcione.
Personajes arquetípicos: el nene que hace monerías
Es imprescindible en una sitcom familiar de proles de, como mínimo, tres niños: adolescente, pre-adolescente y él o ella: el nene o la nena cute. Hijos pequeños con pocas líneas pero la obligación de ser adorables y enternecer como Michelle (‘Padres Forzosos’) Nicole (‘Vivir con Mr. Cooper’), Rudy (‘El show de Bill Cosby), o Richie (‘Cosas de Casa’) que se metía al público en el bolsillo con sus imitaciones de Michael Jackson. Esos niños han sido sustituidos hoy por otros más espabilados y contestones, que con seis años ya saben montar una escena en un restaurante o ser condescendientes, como Lily Pritchett (‘Modern Family’). O en versión animada, dominar el mundo, como Stewie Griffin.
El caso más épico -porque además, siguen siendo celebs- es el de las gemelas Olsen, a las que hemos visto desplegar toda su monería desde que eran bebés: sus carusas, sus pucheros, sus frases graciosas, sus disfraces… Claro que esta situación no puede mantenerse mucho en el tiempo si la serie se alrga, a no ser que lo solucionen con un nuevo hijo tardío, como en ‘El príncipe de Bel-Air’ o incorporando a los «nietos» si la serie es longeva, como la hijastra de Denise en ‘La hora de Bill Cosby’. En algunas series los niños han dado un cambio espectacular y el haberlo presenciado los hace aún más entrañables a los ojos del espectador.
Las moralinas
Si se escarba entre tópicos, la moralidad es el tema que subyace en cada capítulo, ya sean primos que viven juntos o familias típicas de seis hijos. Alguien aprende una lección (normalmente los niños). En las familias de antes esto se solucionaba con una buena charla en tono paternalista (fuera o no tu padre), un abrazo y un castigo de dos semanas, sin tele o sin centro comercial. Ahora el verdadero castigo para un adolescente es quitarle su smartphone; o la charla misma.
Cuando el tema era realmente serio esa charla se convertía en la «chicha» de la serie, su oportunidad para compartir un ideario. Y si la familia transmite los buenos valores, el descarriado es fundamental para ilustrar los argumentos paternos como modelo a evitar. El cabeza de turco. En ‘Los problemas crecen’ ese rol fue desempeñado por Matthew Perry (antes de ser conocido como Chandler en ‘Friends’), el novio de Carol que muere tras un accidente de coche por conducir habiendo bebido. Si empezamos a hacer una lista de personajes descarriados en las sitcoms actuales, nos daremos cuenta de que quedan pocos héroes y la moralidad se aborda de una forma menos trascendental (a veces incluso carecen de ella).
La frase comodín que terminaste odiando
Estamos de acuerdo en que toda serie tiene sus gags recurrentes. Que el «Knock, knock, knock, Penny…» de Sheldon en ‘The Big Bang Theory’ también es repetitivo. Pero al menos una vez que empezó a serlo, ellos empezaron a jugar con la idea, ofreciendo versiones alternativas. Tampoco es un recurso habitual hoy en día, porque ya sabemos cómo llegó a quemar a la audiencia. El «¿he sido yo?»de Steve Urkel fue el culpable de su perdición, de pasar de personaje «simpático» a odiable (lo ponemos en inglés para que sea menos insoportable). O aquel «¿de qué estás hablando?» de Arnold con boquita de piñón.
No ayudaba tampoco que las series fueran tan sumamente previsibles que supiéramos ya en qué momento exacto la soltarían. Igual que sabíamos que Jazz acabaría volando por los aires a través de la puerta de la mansión Banks. La repetición (de tramas, de chistes, de frases) era, al parecer, el secreto de su éxito. Si así gustaban, así se harían. Hasta que forzaron a los espectadores a abandonar la idea de la sitcom familiar y abrir sus mentes a situaciones atípicas, personajes descarriados o incluso antipáticos, que evolucionan y siguen sorprendiendo.
¿Qué pasaría si intentáramos este mismo ejercicio con las sitcom actuales. ¿Qué tienen en común ‘Dos hombres y medio’, ‘Brooklyn 99’, ‘Black-ish’ o ‘Awkward’? ¿Podemos afirmar que la comedia de situación ha conseguido desprenderse de los rancios tópicos? Sí, al menos las que pasan el corte mínimo de calidad. Las que no se quedan en lamentables recuerdos, precisamente por padecer de un exceso de topicazos.
2 Comentarios
¿Sois conscientes que los artículos no se leen porque la letra está en gris y el fondo es azul? Es absurdo!
Nosotros lo vemos bien, Teresa. ¿Nos puedes pasar una captura de pantalla e indicarnos qué navegador y sistema operativo usas? Lo verán en soporte técnico. Gracias.