En 2000, Telecinco se atrevía con la adaptación de un formato tan complicado como ‘Gran Hermano’, un reality que, desde el principio, estuvo cargado de polémica. Desde el principio… y hasta nuestros días, porque sigue siendo uno de los espacios de más éxito de la tele nacional. ¿Cómo puede ser que tras dieciséis ediciones, siga funcionando tan bien?
‘Gran Hermano’, llegó para quedarse
Hay formatos televisivos que nacen con todos los ingredientes para ser criticados, comentados y enormemente respaldados por la audiencia. ¿A quién se le ocurrió la idea de hacer un programa en el que un grupo de desconocidos conviviese en un casa en la que unas cámaras de televisión les seguían las 24 horas del día? En 1999, Holanda era el primer país que se atrevía con la idea creada por John de Mol. Rápidamente, lo novedoso de esta fórmula hizo que muchos países se interesaran por esta revolución televisiva y así, con el tiempo, ha llegado a emitirse un ‘Gran Hermano’ en prácticamente, todo el mundo.
Pero, como programa de televisión, la telerrealidad no tiene garantizado el éxito eterno. Más allá de las primeras exitosas experiencias condicionadas por ver un formato tan diferente y con tantas implicaciones, el espacio ha sido uno de los más populares aunque su fama se ha ido desinflando en numerosos lugares. Excepto en España, aquí, con dieciséis ediciones a sus espaldas, sigue siendo un producto de éxito y un fijo en la parrilla de Telecinco que el público espera en cada nueva temporada con las mismas ganas de la primera vez. Su última edición, que cerró en diciembre, tuvo una gala final con un enorme seguimiento: el 24,6% del share.
Estos datos, tan importantes para Telecinco que no dudó en conseguir el recambio para el programa con un ‘Gran Hermano VIP‘ que comenzó un par de semanas después, nos hacen vislumbrar todavía mucho camino por delante para este formato que, en España, ha logrado atesorar unos ingredientes fundamentales para entender su éxito.
Alicia Hurtado, redactora de vídeos del programa, nos lo explica así: «Creo que el éxito de ‘Gran hermano’ es comparable al de las telenovelas; al fin y al cabo es muy parecido; en la casa se viven amores, desamores, traiciones; venganzas y un conjunto de tramas que, a todos, en el fondo, nos engancha y siempre queremos saber cómo terminará; el encanto que tiene y que mantiene vivo este formato es que los protagonistas de esas tramas de telenovela son personas de a pie con caracteres muy dispares y es curioso ver cómo reaccionan ante distintos tipos de situaciones, ojo, que no es nada fácil el encierro; tienen momentos realmente duros, la convivencia y el encierro puede sacar lo peor y lo mejor de una persona; comportamientos que ni él sujeto mismo conoce; ésa es la magia de ‘Gran Hermano’.»
La sorpresa de la vida real
Una de las críticas más feroces que siempre se lleva ‘Gran Hermano’ es que lo que sucede en la casa está guionizado. Esto nunca puede ser del todo cierto, pues el programa perdería frescura y la audiencia lo notaría. Está claro que, en el mundo de la televisión, los productores no pueden dejar el devenir de un espacio en el que están depositadas tantas expectativas económicas al azar, y que se suelen trazar unas líneas generales que se van a poder seguir en cada programa.
Pero eso no quiere decir que las reacciones, los gestos y las palabras de los concursantes estén totalmente pactados. De ser así, nos encontraríamos con una teleserie más de las que pueblan la parrilla, y no con un programa de telerrealidad en el que el factor sorpresa, aquello que los humanos somos capaces de sacar de forma inesperada, es clave. Tal vez, en el casting, los productores hayan previsto que estos dos concursantes sean enemigos, o amigos, o amantes… pero la realidad, el compartir las 24 horas del día juntos, generará una relación que quizá muchos no esperaban y que responde a algo primordial para entender ‘Gran Hermano’: el comportamiento humano es impredecible.
Constante reinvención
Para que ‘Gran Hermano’ (o cualquier programa) siga funcionando tan bien como lo hace es necesario que se reinvente con cada nueva edición, que aporte novedades que llamen la atención pero, al mismo tiempo, resulta imprescindible que mantenga la entidad que le hace inconfundible ante los espectadores. Lograr este equilibrio no es nada sencillo, pero el reality lo sigue logrando año tras año. En la última edición, los secretos de algunos de sus concursantes fueron claves; en la anterior, se compitió por parejas…
Según Alicia Hurtado: «El equipo de ‘Gran hermano’ es escrupuloso a la hora de elegir novedades ya que hay que guardar la esencia del formato, pero creo que lo que se busca a la hora de cambiar cosas es que ese cambio genere contenido al programa; que esta novedad suponga una reacción por parte de los concursantes como por ejemplo las nominaciones a la cara o los secretos; sirve para calentar motores, para que estén siempre alerta y puedan darnos todo tipo de situaciones: divertidas, dramáticas; etc. Como dicen muchos, en ‘Gran Hermano’, todo puede pasar.»
Presentadora implicada
Casi es una obviedad decirlo, pero si un programa de televisión no tiene un presentador comprometido, que crea de verdad en lo que está haciendo, seguramente, no podrá disfrutar de un recorrido muy largo. Telecinco tuvo el acierto de apostar por una profesional de reputado prestigio como Mercedes Milá, que consigue transmitir su profesionalidad a todo lo que hace, pero también su pasión, algo vital que logra que la audiencia la siga y jalee. Para muchos profesionales, presentar un reality durante tantos años, supondría un desgaste insuperable pero Mercedes Milá sabe contagiar el amor por su trabajo y volcar todas sus energías con cada uno de los concursantes.
Toda la cadena juega
Una de las grandes razones que aúpan el éxito de ‘Gran Hermano’ después de tanto tiempo es que este programa supone un motor fundamental para Telecinco, pues ocupa horas y más horas de programación. En su última edición, se emitió hasta en tres prime times de la semana, demostrando su valía a la hora de atrapar a la audiencia. Pero no sólo eso, los comentarios y tertulias que se despiertan en cada uno de los programas matinales y vespertinos son fundamentales. Permiten que el espectador siempre tenga presente ese contenido y consigue aportar puntos de vista diferentes y complementarios.
Un casting que se proyecta
Por supuesto, un elemento fundamental es el juego que consigan dar los concursantes de cada edición. El casting no sólo tiene en cuenta su personalidad, su manera de relacionarse… sino también una posible proyección en los programas de la cadena una vez haya terminado su peripecia. Telecinco ha apostado por una estrategia de retroalimentación en la que el contenido de un espacio puede también tener consecuencias en el desarrollo de otro. Se crea así un universo potente y bien estructurado, que el espectador conoce.
Las redes sociales
Éramos pocos y llegaron las redes sociales. Internet actúa más que nunca como esa doble pantalla que complementa lo que vemos en televisión. Seguramente, los responsables de ‘Gran Hermano’ no podían imaginar la enorme repercusión que el espacio generaría en Twitter o Facebook, en los que los usuarios que siguen las 24 horas dentro de la casa expresan sus opiniones, mueven al voto y establecen estrategias de apoyo y/o rechazo.
Según el punto de vista de Alicia Hurtado, «las redes sociales se han convertido en un gran aliado a la hora de seguir las historias de los concursantes; es maravilloso poder saber antes de ver los programas que está pasando y esto también sirve: uno; para no perder el hilo de las tramas y dos, te engancha aún más porque te dan claves de lo que puede pasar en la gala. El canal 24 horas es genial también para seguir la vida en la casa; lo único que aquí no hay filtros; ves la convivencia tal cual.»
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1 Comentar
Eso es mentira. El país con más ediciones de Gran Hermano es Reino Unido con 33 (16 anónimas y 17 famosas) frente a los 23 de España (16 anónimas, 4 famosas, 2 GH: El reecuentro y 1 GH: La Re-vuelta)