Hoy es 16 de octubre y, en todo el mundo, se celebra el Día Mundial de la Alimentación. Nosotros, desde Vive Philips, no queremos faltar a nuestro particular homenaje, porque nos encanta el papel que la comida juega en algunas de nuestras series favoritas y cómo los diferentes platos están asociados a magníficas escenas, maravillosos personajes y fundamentales ficciones… así es cómo se come en las series que más nos gustan.
Un plato fuerte mayor de lo que pensamos
Si hay una acción que repitamos desde una parte a otra del mundo, desde la cumbre más elevada a la isla más paradisíaca, ésa es comer. No hablamos de masticar, ingerir y deglutir, sino de la fascinación que produce la alquimia que nosotros mismos hemos llegado a crear con los productos que obtuvimos de una forma tan natural y sencilla. ¿Quién iba a adivinar que de esa leche que producen las vacas, obtendríamos cosas tan exquisitas como el yogur, el queso o las natillas espumosas de chocolate al huevo?
Las series de televisión, que observan nuestro mundo para devolvérnoslo con una pátina de fascinación, odio o divertimento, no podían dejar pasar por alto esta actividad que va más allá de la simple función orgánica, y que se vincula con nuestras emociones y sentimientos. La relación que desarrollamos con la gastronomía, la cultura de la comida familiar alrededor de la mesa, marca el carácter de muchas series. A modo de ejemplo, veamos algunos casos muy distintos:
Una serie como ‘Hannibal’, logró convertirse en un escenario de horrores y sangre y, a la vez, en un refinado banquete que colmaba todos los sentidos. Y ambas acciones estaban encadenadas. El asesino, el hombre sin corazón, amaba cada alimento y lo transformaba en un verso con el que componía una sutil poesía que resultaba altamente apetecible. El aspecto morboso de saber la procedencia de la carne empleada era un rasgo cargado de humor negro para unos platos que diseñaron el español José Andrés y Janice Poon.
Otra serie que giraba de una manera muy especial alrededor de la comida era ‘Los Soprano’. Esta ficción, con sus muertes y extorsiones, nos traía el poder de la familia, y una de las garras de ese poder se da en las reuniones y grandes eventos en los que siempre hay una gran sucesión de exquisitos platos. Todo se construía con precisión y un anhelo realista sublime, y la exposición de recetas de esa cocina tradicional que recuerda a los guisos de la madre y hace llorar ante el aroma de unas albóndigas, está reflejado en el libro ‘The Sopranos Family Cookbook’. Nadie podía resistirse a la carne de Satriale’s.
En ‘Los Simpson’, como buena sitcom que, a lo largo de sus más de 20 años de historia, se ha convertido en una enciclopedia humorística de los temas y vicisitudes que hemos vivido como humanidad, la comida está presente es las más variadas formas. Ahí tenemos a Homer, posiblemente, uno de los personajes que más aman comer y que ha hecho mundialmente famosas las rosquillas, cubiertas de glaseado rosa, que devora sin parar. Como decimos, los productos alimentarios tienen un papel fundamental en esta ficción: desde los fresisuis que se venden en el badulaque, a la dieta vegetariana de Lisa, pasando por los sórdidos tomacos o por la trama en la que Marge es acusada por otras madres de darle a su bebé comida basura.
Cuatro escenas fundamentales alrededor de la comida
Para demostrar la influencia de la comida en las series, su importancia como marco y contexto, nada mejor que asomarnos a cuatro ejemplos que demuestran cómo los alimentos pueden desencadenar los giros más increíbles. Ojo, porque contienen spoilers de los serios.
- La boda púrpura: uno de los momentos más aclamados por los fans de ‘Juego de Tronos‘, se produjo en la cuarta temporada, en la boda entre Joffrey Baratheon y Margaery Tyrell. Y no porque estuviésemos ansiosos por su felicidad, sino por el momento en el que se corta el pastel de paloma y el radiante novio se atreve a degustarla. Ello nos trajo una de las muertes más recordadas de una serie en la que las defunciones no faltan precisamente.
- El recuerdo de Hershey: durante buena parte de ‘Mad Men‘, Don Draper se afanó de mil maneras posibles para ocultar al mundo su verdadera identidad. Por ello, aún resultó más vibrante este increíble momento: Don se quiebra y confiesa la dureza de su infancia, criado en un prostíbulo. ¿El culpable? El recuerdo del sabor del chocolate Hershey.
- Galletas en el apocalipsis: un gesto tan natural e inocente como ofrecer un dulce a otra persona puede salvar vidas. El último capítulo de la quinta temporada de ‘The Walking Dead‘ es recordado por una escena en la que Carol obsequia con galletas de chocolate a un niño como «pago» por su silencio. De nuevo, las implicaciones de los alimentos, el deseo de normalidad focalizado en una masa de harina, chocolate, azúcar, en un mundo devastado… Bueno, si queréis la receta original, tenéis que saber que AMC la hizo pública.
- La última cena: tenemos que volver a ‘Los Soprano‘ para recordar uno de los finales más famosos de las series de televisión. En su momento, la emisión del último episodio estuvo rodeado de una polémica brutal en la que no faltaron incluso quejas de los espectadores que pensaban que la emisión se había interrumpido. Los simbolismos acerca de esa cena que comparten los cuatro Soprano ha sido repasada cientos de veces, una fuente inagotable de interpretaciones.
Érase un personaje a una comida pegado
También tenemos a muchos personajes de ficción que están íntimamente ligados a un alimento y la asociación entre ellos es inmediata. Como también lo son las implicaciones que despiertan en todos nosotros. En ‘House of Cards’, las visitas que Frank realizaba al Freddy’s BBQ Joint, un restaurante humilde con un cocinero más humilde aún, eran prácticamente su único anclaje con una realidad sencilla y cotidiana, alejada de los tejemanejes políticos. La forma en que el restaurante se convirtió en franquicia y luego en un sueño roto, fue una gran metáfora de la corrupta vida del protagonista.
En una línea muy distinta, nuestro adorado Bob Esponja también tiene una larga, estrecha e incluso calenturienta relación con un plato al que dedica su vida entera: la Cangreburguer no sólo simboliza su amor por las cosas sencillas y el placer que puede encontrarse en lo más cotidiano, sino que, como buena receta secreta, el hecho de descubrir sus ingredientes se convierte en fuente de poder para quien la posee. Otros dibujos animados amantes de la comida eran las Tortugas Ninja que, con su afición a la pizza, demostraban no sólo su pasión por llenar el estómago, sino que eran unas «personas» normales, ese estadounidense medio que no puede resistirse a uno de los platos más consumidos en el país.
Dentro de las comidas, el dulce representa una pasión especial. Es una exquisitez que despierta sus propias asociaciones de ideas. El universo creado por G.R.R. Martin en ‘Juego de Tronos’ da una importancia fundamental a aquello que comen sus personajes. El autor siente predilección en las novelas por las largas descripciones de guisos y guarniciones, de tal forma que incluso contamos con el libro de recetas de la saga. Pero si hay un alimento asociado a un personaje, éste sería el pastelillo de limón que tanto gusta a Sansa. Y, de nuevo, la relación no es azarosa. El pastelillo, tan delicado, simboliza esa vida suave, dulce y cadenciosa que la Stark nunca más recuperará. Otras «jovencitas» que adoraban el dulce eran las maravillosas ‘Chicas de oro’ que solucionaban todos sus problemas devorando su mítica tarta de queso. Por supuesto, otra de esas recetas que los fans no han dudado en emular.
Y, por último, hablaremos de un restaurante de comida rápida cuyo nombre asociamos con veladas en las que el peligro va más allá de una digestión pesada. ‘Breaking Bad‘ construyó un potente universo en el que la mistificación de la carne no podía faltar. El poderoso, sutil y letal Gus Fring desarrolló su imperio de la droga con una suculenta tapadera en forma de pollo frito, tan tradicional como popular. Así, ‘Los Pollos Hermanos’, pasó a ser un nombre al que temer.