El 19 de febrero, los amantes del cine tienen una cita ineludible con la gran pantalla. Es el día en que se estrena la última película de los Coen, ‘¡Ave César!’, una comedia que promete rescatar lo mejor del universo de estos cineastas. Porque los hermanos Coen son uno de los referentes del cine norteamericano. Con un estilo personal, único, que muchos han tratado de imitar por lo fresco y atractivo que resulta, hoy les hacemos un homenaje recordando algunas de sus películas más emblemáticas. Y vosotros, ¿con cuál os quedáis?
El maravilloso mundo de los Coen
Joel y Ethan Coen saltaron al mundo del cine en los años 80 y muy pronto llamaron la atención de crítica y público. Los que han trabajado con ellos destacan su grado de compenetración que les lleva a crear como un solo hombre y a ganarse el sobrenombre de «un director con dos cabezas».
Su estilo podría clasificarse dentro del género de la comedia, de forma mayoritaria. Eso sí, siempre bajo un tono ácido, negro, irónico, muy corrosivo. En su cine, encontramos gran influencia de las obras del Hollywood de los años 30 y 40. Bien en forma de comedias con sofisticados giros e hilarantes situaciones, bien en otro de sus géneros favoritos: el thriller, con tramas de mafia y delincuencia en las que la sutileza y elegancia forman parte del modus operandi del criminal. No podemos dejar de destacar la influencia de autores de novela negra como Dashiell Hammett o Raymond Chandler.
Otra de las características de su cine es un punto de partida simple y muy reconocible, en la mayoría de las ocasiones con personajes que incluso atienden a una monotonía gris y uniforme y que ven sus vidas complicadas con sorprendentes giros que van enredándose más y más, hasta introducir al personaje en un callejón en el que ya no se puede echar atrás, sino sólo avanzar hacia adelante.
Por supuesto, no podemos dejar de hablar de la amalgama de deslumbrantes personajes. Éstos muchas veces no son los protagonistas, sino interesantes secundarios cuya mera aparición atrae todas las miradas. Individuos especiales, cargados de misterio y magia; alocados seres que no paran de hablar y perpetran esos diálogos que también son un sello de autor de los Coen… Y que hacen crecer esas historias de planes rocambolescos, llenos de violencia y consecuencias impredecibles.
Por último, al hablar de su estilo y tono, estamos obligados a mencionar el paisaje, la ambientación del escenario, que los Coen manejan con maestría. Escenas cargadas de sentido, inmensas, color, luz, un ambiente repleto de referencias y simbolismo… Estos dos autores consiguen crear verdaderas obras de arte.
‘Arizona Baby’
A pesar de que ya eran conocidos en el mundillo del cine, puede que este título les catapultara a un reconocimiento más general por parte de crítica y público, pues, para muchos, esta película de 1987 es una obra de culto. Todo comienza con la creación de una pareja un tanto peculiar: él es H.I. McDonough, un delincuente habitual, y ella, Edwina, una comprometida oficial de policía.
En esta alocada y divertida cinta cargada de un inusual sentido de la ternura y el romance, mucho menos cínica que muchas de sus producciones posteriores, la valía del ser humano, su interés por formar una familia, aquello que, como individuos somos capaces de sacrificar por otros… nos regalan una historia llena de giros descabellados y una estructura basada en el amor y en la confianza en el bien.
‘Muerte entre las flores’
Los Coen dejaron de lado su faceta más gamberra y realizaron este ejercicio de amor absoluto por el cine negro de temática gángster con esta película de 1990. La influencia de Hammett se percibe como un pulso vivo en una creación en la que la lucha de dos bandas por el control de la ciudad llena la historia de giros en los que la traición y la lealtad conviven en un hilo demasiado fino. Con una cuidada puesta en escena, un trabajo de montaje más que sobresaliente y diálogos de los que a los fans les gusta grabar en su memoria, encontramos también a algunos de los actores fetiche para los Coen, como ese John Turturro tan camaleónico.
‘Barton Fink’
Hablamos ahora de una cinta que consiguió la Palma de Oro del Festival de Cannes. Es una de sus obras más crípticas y autorreferenciales en la que cargan toda la angustia del creador de arte, las dudas de ese autor que debe hacer brotar de sus manos lo más brillante, lo más oscuro, y conseguir enganchar a un público que no siempre se deja engatusar.
Cuentan que las propias frustraciones que sintieron al tratar de dar forma al guión de ‘Muerte entre las flores’ se dibujan en esta historia en la que, de nuevo, Turturro es el actor que se configura como protagonista no sólo de la trama, sino como un trasunto de la propia existencia de los Coen. El hotel Earle, su atmósfera opresiva y cargada se convierte en un personaje más en esta obra aclamada por muchos y denostada por otros.
‘Fargo’
Llegamos a una de las obras cumbre de la filmografía de estos dos hermanos y un referente audiovisual que se estudia en las escuelas de cine. Estamos en 1996 y los Coen presentan una brillante historia de ésas que parecen nacer de la gris cotidianidad. Un hombre que contrata a dos tipos para que secuestren a su esposa y él pueda exigir un suculento rescate. Todo se va complicando a medida que los giros inesperados (pero lógicos) se suceden, y gracias a la maravillosa participación de algunos de los secundarios más brillantes que se puedan ver en el cine.
‘Fargo’ consiguió numerosos premios y algo más importante: puso a los Coen en el lugar de honor que merecían. Como siempre, encontramos a muchos de sus actores fetiche: Frances McDormand, William H. Macy, Steve Buscemi. De nuevo, la genuina ambientación y ese peso único y cargado de simbolismo que aporta el paisaje nevado fueron claves. Como sabéis, ‘Fargo’ está más de actualidad que nunca con la serie que FX creó en 2014 y que ya prepara su tercera temporada.
‘El Gran Lebowski’
Es una de las películas más populares de los Coen y un gran clásico que todo cinéfilo que se precie debe ver. Con esta comedia, los dos hermanos consiguieron una historia redonda a pesar de sus alocados personajes y esas idas y venidas tan enrevesadas. La fotografía y el diseño de arte son destacables en un producción que incluye fascinantes secuencias oníricas.
Y, por supuesto, están esos personajes. Los infalibles Buscemi, Turturro, Goodman… y El Nota, interpretado por Jeff Bridges, un hombre relajado, con un tempo muy particular, que ve cómo su vida cambia cuando confunden su identidad con alguien que comparte apellido. De la anécdota más mínima, la historia nos cuenta un rocambolesco recorrido por algunos de los clásicos de los Coen, como son los secuestros, los chantajes o la delincuencia.
‘El hombre que nunca estuvo allí’
Esta película de 2001 nos hace viajar hasta 1949 y al norte California. De nuevo, encontramos un argumento insistente en la filmografía de estos directores. Ed es un hombre cansado y melancólico, hastiado de su propia vida. Cuando le surge la oportunidad de un nuevo negocio no se lo piensa dos veces, y para conseguir el dinero que necesita, decide chantajear al jefe de su esposa.
La producción, con ese tono irreverente y esos diálogos alocados que corresponden con la filosofía del resto de las películas, cuenta con Billy Bob Thornton como protagonista. Otros nombres que intervienen y que son de los que ya han trabajado con los Coen en más ocasiones son Frances McDormand, Jon Polito o Michael Badalucco.
‘Ladykillers’
Los Coen son grandes conocedores de la historia del cine y se han atrevido con algunas adaptaciones como con la comedia que Alexander Mackendrick dirigió en 1955. Se trata de una cinta que se hace fuerte en una memorable colección de personajes, con una personalidad muy fuerte y unas características que les hacen contrastar.
Tom Hanks volvió a su registro cómico dando vida al profesor G.H. quien alquila una habitación en la casa de la señora Munson. Lo que la venerable señora no sabe es que el profesor, realmente, está planeando el robo perfecto. Para ello, capitaneará a un equipo imposible que cavará un túnel hasta el nunca lo suficientemente aplaudido barco casino que centra los desvelos de nuestros protagonistas.
‘No es país para viejos’
Los Oscars de 2007 tuvieron un nombre propio: ‘No es país para viejos’, con la que la Academia se rendía al talento de los Coen otorgando a su criatura cuatro estatuillas. Es una de las películas que siempre se tienen que citar en la filmografía de estos dos consagrados autores. Con ella, además, el español Javier Bardem ganó también un Oscar al Mejor Actor de Reparto.
Con un cargado sabor a western, tenemos una historia que nos lleva a los años 80, donde Tommy Lee Jones da vida a un sheriff que tendrá que enfrentarse a un asunto peliagudo. Un dinero robado por un un personaje al borde de la ruina, un asesino a sueldo que trata de recuperarlo… La cinta se aleja del tono de comedia tan usado en otras propuestas y nos tiende un drama sobre el destino y la conciencia.
‘¡Ave César!’
Así llegamos a la última de las películas de los Coen y al estreno que nos llega el viernes 19. Estamos hablando de ‘¡Ave César!‘ una comedia en la que, echando un simple vistazo, vemos claramente el inconfundible estilo de los Coen. De nuevo, nos trasladamos varios años hacia atrás para ver el glamouroso mundo de Hollywood, esa ventana de ensueños que todos hemos mitificado. El protagonista del filme es Josh Broslin, quien interpreta a Eddie Mannix, un solucionador de problemas para que los rodajes funcionen a las mil maravillas. Ahora, deberá enfrentarse a un conflicto inesperado: el secuestro de una star.
Se trata de una cinta que sirve para parodiar el ocaso de los años dorados de Hollywood y el complejo sistema que las majors creaban para proteger sus proyectos, aunque fuera a costa de vender una imagen totalmente falsa de cómo se vivía dentro de una producción de éxito. Los Coen estrenan peli y todos estamos de enhorabuena. Su estilo corrosivo, alocado pero certero y crucial volverá a tratar de seducir la taquilla, ¿lo conseguirá?
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