Una puesta de sol, una llanura que se aleja hacia el horizonte, una manada de vacas y un revólver con ganas de exaltarse. Seguro que sabéis perfectamente a qué género cinematográfico me estoy refiriendo. El western es el cine. Uno de sus estandartes más brillantes y, también, un modelo que ha pasado por crisis que sólo un veterano, un género que puede reconvertirse sin perder su esencia, es capaz de levantar.
El género americano
Todos los westerns poseen una característica común e invariable: tienen lugar en el Viejo Oeste de los Estados Unidos, en un siglo XIX en el que la expansión hacia la costa del Océano Pacífico lanzó a los nuevos colonos a explorar tierras aún desconocidas para los occidentales. Por eso, entendemos que para los estadounidenses este género pueda considerarse como una representación épica de su historia, en la que se han tocado hechos históricos, pero también el día a día de unos pioneros que sufrieron hasta encontrar un nuevo hogar.
Supone un momento de grandes cambios sociales y políticos. Mientras en el este, la sociedad es cada vez más refinada y burocrática, en el oeste campa una ley muy distinta. Los salvajes terrenos, indómitos, marcan una manera de entender la vida basada en la supervivencia, el esfuerzo y la tenacidad. Pero también en cierta soledad que parece acompañar a los jinetes que recorren millas de terreno para viajar a los lugares más recónditos.
El viajero que llega, montado a caballo, al que nadie conoce… marca el nuevo tempo en la ciudad. Puede ser un forajido en busca de pleitos, o un vaquero que necesita trabajo, o un hombre atormentado que quiere huir del pasado. Esto último, de hecho, casi seguro. El héroe de los westerns, lo tiene muy difícil. Solitario por excelencia, vale más por lo que calla que por lo que cuenta. De semblante duro, sabe ser leal a los suyos, incluso entrar en complicadas disputas que arraigarán en la tierra de generación en generación.
Por supuesto, un tema esencial y que siempre ha despertado sensibilidades es el de los indios, los antagonistas de muchas de las cintas más clásicas. La lucha contra los indígenas por la conquista del territorio nos ha llevado a conocer a muchas tribus. Ya sabemos que muchas veces han estado veladas por una ficción poco rigurosa pero, aún así, han conseguido fascinarnos por sus nombres, sus costumbres, sus miradas…
‘Asalto y robo de un tren’
La película que se atribuye el origen del género wéstern es ‘Asalto y robo de un tren‘, un filme de Edwin S. Porter rodado en 1903. Fecha que convierte al género del oeste en uno de los más antiguos del cine. Esta película de la primera época del nuevo arte, aportó mucho a la historia del cine en unos años en el que el modo de representación institucional (MRI) apenas se estaba fraguando. Según algunos, ésta es la primera obra que puede ser considerada como de ficción en la industria americana.
Se trata de un western lleno de acción que marcaría temas que hemos visto decenas de veces expuestos en el género. Los personajes también se han convertido en estereotipos muchas veces replicados. La pieza está llena de momentos destacables, pero seguramente su plano final sea el más famoso cuando hablamos de esta película. Se trata del primer plano de uno de los personajes mirando a cámara y disparando con su arma. Esto produjo un efecto increíble en los espectadores, que se asustaban al ver a un pistolero «tan de cerca».
Las mejores películas de la historia
El western es uno de los géneros que ha dejado más obras maestras. Todas las listas de mejores películas de la historia, están plagadas de westerns que nos hablan de una época dorada en la que la calidad no faltaba en los títulos.
Sus momentos más gloriosos se vivieron en las décadas de los 40 y los 50 y los directores que influyeron en el género son algunos de los más importantes de la historia del cine. Es imposible no mencionar en este artículo a John Ford que ya en 1939 con ‘La diligencia‘ marcaría las pautas que seguirían muchos de aquellos directores que comenzaban a labrarse una carrera. La figura de John Wayne, su aspecto lánguido y apático, que oculta a un hombre rudo y romántico, contagia la trama y el paisaje y nos envuelve en el ensueño de una atmósfera que atrapa, con la que el director hace con nosotros lo que quiere. De igual forma, ‘Centauros del desierto‘ está considerada como una de las mejores películas de la historia y su plano inicial se estudia en las escuelas de cine.
También Howard Hawks es un gran exponente de esta época. Sus películas ‘Río Rojo‘, ‘Río Bravo’, ‘Río Lobo‘… marcaron un hito. Los guiones modélicos de escuetas pero certeras frases, y los silencios que construyen de una manera sicológica convierten la película en un viaje que cambiará para siempre a los personajes. La dirección de fotografía consigue unos escenarios impactantes en los que el paisaje es el elemento más determinante.
Nadie sabe muy bien cómo, aquel cine más heroico de los primeros tiempos, de buenos muy blancos y malos muy pérfidos, fue tomando tintes más grises. Los protagonistas desarrollaron complejas motivaciones, cargadas de melancolía, en las que pesaba el regreso al antiguo hogar o los efectos de la llegada de la civilización. El western crepuscular se empezó a desarrollar de manera progresiva a partir de los años 60. Los argumentos estaban marcados por la nostalgia de héroes más maduros, que lidiaban con los problemas que esa civilización trae de una manera más sibilina. Un cineasta clave para entender este periodo y la evolución del wéstern es Sam Peckinpah con títulos como ‘Duelo en Alta Sierra‘ o ‘Grupo salvaje‘.
El western y el spaghetti
Mientras tanto, en Europa también nos gustaban las películas del oeste. Para toda una generación de espectadores estas aventuras, con indios y vaqueros, disparos y disputas, marcaron su nacimiento al cine. En nuestro continente, en las décadas de los 60 y los 70, floreció un subgénero llamado spaghetti western que desarrolló un gran industria tanto en los antiguos estudios de Cinecittà como en la desértica Almería.
Sergio Leone es el nombre a grabar en letras de fuego cuando hablamos de esta época. ‘La trilogía del dólar’, encabezada (tal vez) por ‘Por un puñado de dólares’, marca uno de los hitos en los que una nueva creación cambiará para siempre la historia del género tal y como se conoce. Las películas tienen tintes humorísticos y paródicos, que nos muestran al malo sin fisuras o a un perfecto desconocido que oculta incluso su nombre.
Los últimos tiempos
Para algunos, los tiempos actuales no son los mejores de un género que era capaz de hibridarse con drama, comedia, musicales… Puede que el western ya no se prodigue tanto en la gran pantalla, pero sigue viviendo momentos brillantes como con ‘Bailando con lobos‘, ‘Sin perdón’ o ‘Appaloosa‘. Y, desde luego, es un género que, con el paso de los años ha ganado en reconocimiento, como un gran creador de la historia del cine.
En los últimos tiempos, han sido destacables también sus hitos en televisión, en forma de serie. Tenemos incluso grandes clásicos familiares, como ‘La doctora Quinn’ o ‘ La casa de la pradera’. ‘Deadwood‘, la producción de HBO de 2004, es una ficción imprescindible para todo el que disfrute no sólo del género, sino de la ficción de calidad. ‘Hatfields & McCoys’, que cuenta el conflicto entres dos familias por una zona fronteriza, fue la primera serie de ficción del canal Historia. Seguiremos a la espera de qué más tiene que ofrecernos este mítico género.