Un día, alguna gran mente pensante descubrió que grabar cómo un señor preparaba una tortilla, unas lentejas o un solomillo y emitirlo en televisión, tenía su atractivo. Así nacieron los programas de cocina. Como sociedad, nos encantan. Nos podemos pasar horas viendo a cocineros o amateurs delante de unos fogones. Hasta el punto de que, hoy por hoy, uno de los debates televisivos más recurrentes es si existen demasiados programas de cocina. Un pequeño análisis nos ayudará a entender mejor el fenómeno.
Programas de cocina, la tendencia de moda
‘Top Chef’, ‘Masterchef’, ‘Cocina2‘, ‘Hoy cocinas tú‘, ‘El programa de Karlos Arguiñano’… Parece fuera de toda discusión el hecho de que hay muchísimos programas de cocina en la parrilla de las televisiones. Ahora bien, ¿por qué? ¿cómo es que nos apasionan de esta forma?
Para Pere Solà, periodista de La Vanguardia, este hecho tiene que ver, sobre todo, con la temática central de los espacios, accesible a todo tipo de públicos: «Los programas de cocina están de moda porque es algo cotidiano, algo que la gente puede entender, imaginar y siempre está el factor «sacar ideas». Mezclan el entretenimiento con una práctica muy creativa y cercana. El público potencial es inmenso porque a casi todo el mundo le gusta comer bien y muchos adoran el arte de la cocina.» La identificación y el reconocimiento son claves, pues. Todos entendemos el proceso creativo de la cocina, es más, lo llevamos a cabo nosotros mismos, tres veces al día (o más), por lo que nos gusta un espacio que atiende a una de nuestras necesidades más directas, que podemos comprender y asimilar porque forma parte del día a día.
De igual forma, otra de las cuestiones tiene que ver con la espectacularidad de lo realizado. A pesar de ser programas de televisión, que no podemos oler o comer lo que se cocina, como nos cuenta Alberto Carlos Diéguez, redactor de ¡Vaya Tele!, «Si hay algo con lo que se nos llenan los ojos es con la comida. Ya seamos cocinitas o comensales a todos se nos hace la boca agua cuando vemos un plato bien presentado. Es un filón que tenía que explotarse de alguna manera. Nos gusta comer y si a eso le añades un formato televisivo atractivo, pues la cosa está hecha.»
Pues ése es el otro factor a tener en cuenta, los formatos que tienen como protagonista la cocina no paran de reconvertirse. Y hemos evolucionado del clásico espacio en el que se enseñaba al espectador a preparar recetas, a un punto en el que caben reportajes, concursos, entrevistas… toda una mezcla de géneros que, hoy por hoy, no para de crecer.
Cocinando por siempre jamás
Entonces, ¿hacia dónde evoluciona este fenómeno? ¿No llegará un momento en que toque techo y pase de moda? Para Susana Alosete, creadora del blog Chicadelatele, la tendencia es clara: «La moda de los programas de televisión ha demostrado durante años ser una cuestión cíclica. La falta de originalidad de las cadenas hace que todas se miren unas a otras con especial atención de tal manera que, si una hace un formato de éxito, las demás acuden corriendo a replicarlo. No siempre funciona pero, cuando lo hace, terminan por retroalimentarse unos a otros.»
Así pues, no podemos dejar de plantearnos de qué manera influye en el éxito de estos programas, el efecto «contagio» que se vive en nuestras parrillas y que supone que las cadenas de televisión se fijen en las ideas que ya han planteado otras a la hora de enfrentar los nuevos formatos. Si un programa demuestra su valía en prime time, es comprensible que otro canal quiera seguir esa estela de éxito. En nuestro país nos hemos encontrado con programas que siguen este patrón y que ofrecen los mismos objetivos pero, eso sí, en canales diferentes. Con los programas de cocina, no iba a ser menos.
Hemos de pensar que, en un tiempo más o menos indeterminado, el boom de los programas culinarios bajará y será sustituido por otra moda. El peso de la maquinaria televisiva parece inexorable, y lo que antes suponía un éxito asegurado, con el tiempo, se transforma en algo previsible y poco atractivo, que necesita reformularse una y otra vez.
Aún así, Alberto Carlos Diéguez nos sigue explicando: «Si hay algo que nos han demostrado tres cuartos de siglo de entretenimiento televisivo es que, aunque las cosas vayan mucho por modas, estas no terminan de extinguirse. Siempre ha habido (y siempre va a haber) programas típicos de cocina.» Y es que parece que este género es lo suficientemente fuerte y está lo bastante consolidado como para que siga funcionando mientras exista la televisión; al igual que se mantienen las comedias, los informativos o los concursos… Son géneros televisivos que necesitan evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos, pero que siempre encontrarán un público que los demande, pues tratan cuestiones universales de las que nunca pasan de moda.
La parrilla española
Por último, hablemos de cómo ha sido la evolución de los programas de cocina en nuestro país, un género que ha recorrido un camino con nosotros y que goza de muy buena salud. Desde un canal temático como Canal Cocina, a los talents shows televisivos, sin olvidar los espacios gastronómicos que cualquier tele local tiene, por razones de presupuesto y entretenimiento, parece que los programas culinarios están en el ADN de la televisión nacional.
¿Tiene esto que ver con que seamos un país eminentemente gastronómico? Pere Solà opina al respecto: «La moda por los programas culinarios existe en todo el mundo. Sólo hace falta ver que ‘MasterChef’, ‘Pesadilla en la cocina‘ y ‘Top chef ‘son formatos extranjeros que han sido comprados y adaptados. Lo raro, de hecho, es que no hubieran llegado antes. Porqué los canales no se atrevían y creían que eran programas propios para un canal de cocina y no generalista, es una gran duda que debería responder un ejecutivo.» Y es que si algo parece llamar la atención es lo que ha tardado el género en evolucionar en nuestra parrilla, para dar un salto que incluya la telerrealidad, el reportaje, el docurreality… Susana Alosete insiste también en esta idea: «Ejemplos como ‘Masterchef’ o ‘Top Chef‘ llevan años triunfando en otros países y en España hemos tardado muchísimo en atrevernos con ello (…) es casi una vergüenza que no hayamos sido nosotros los que los hayamos inventado, dada esa trayectoria de reconocido prestigio que tiene nuestra cocina.»
En los inicios de nuestra televisión, veíamos programas de cocina en los que se enseñaba, cada día, a preparar una receta, de una manera sencilla y con una apuesta en escena correcta y manejable. Se apostaba por mostrar el recetario más clásico, muy heterogéneo y con grandes posibilidades. De aquel ‘Con las manos en la masa‘, pasamos al espacio presentado por Karlos Arguiñano, pues siempre se buscaba una figura predominante con carisma y empatía que conectara con los espectadores.
La necesidad de nuevos formatos llevó a intentarlo con concursos como ‘Esta cocina es un infierno‘ o ‘Todos contra el chef‘. Pero la verdadera revolución gastronómico-televisiva ha sido cuando los canales se han atrevido a adaptar los programas internacionales que ya han estado triunfado en otros países. ‘MasterChef‘ o ‘Top Chef’ han demostrado la querencia de nuestro público por este tipo de contenidos. Pero no sólo porque sean concursos muy disputados, sino por todo el tema divulgativo que existe detrás: la presencia de cocineros de prestigio, invitados en estos programas y que demuestran, con sus platos, porqué la gastronomía española está en lo más alto, ayuda a educar al público, que ahora ya domina ciertos términos más específicos como esferificación, goma xantana, azúcar isomalt…
1 Comentar
no le encuentro sentido a tanto y tanto progama de cocina,si en la vida real son muy pocos los y las que cocinan en sus casas,ya que se compra hecho y es mas facil,rapido y casi mas barato que ponerse a comprar todos los elementos que se requieren.